Formación académica de un traductor nativo en italiano
Ser nativo en italiano es esencial para ser traductor, pero también se necesita una formación académica en traducción para poder realizar traducciones en italiano. La mayoría se gradúa en el grado de Traducción e Interpretación en la universidad. Este grado se puede hacer en 4 años.
Después, se cursa un máster, es decir, se especializa en un sector concreto. Algunos incluso cursan más de un máster para tener varias especializaciones. Además, es posible realizar periodos de prácticas para llevar a cabo todo lo estudiado en el grado y en el máster. También es posible especializarse de diferentes formas. Estas las veremos más adelante.
Nivel de idioma y conocimientos
El italiano es una lengua romance que hablan 85 millones de personas, de las cuales 64 millones son nativas en Europa. Se habla como idioma oficial en países como Italia, Suiza, San Marino y Ciudad del Vaticano. Además, se habla de manera secundaria en Condado de Istria, Capodistria, Isola, Pirano y Ancarano.
El nivel de idioma es muy importante para ser traductor. Para poder traducir en italiano, lo ideal es ser nativo, ya que así se conocen las dificultades del idioma y las expresiones utilizadas. También porque, al ser nativo, utilizará el idioma a diario.
Sin embargo, no es el único factor esencial en la traducción. Poseer conocimientos sobre las temáticas de los textos a traducir también es necesario. Esto se debe a que si no conocemos los términos específicos que se utilizan en un ámbito o sector, será muy complicado realizar una traducción con éxito. Se debe conocer las tipologías textuales, así como las características de cada una para poder completar la traducción.
Especialización
Después de terminar la carrera universitaria, es hora de pensar en la especialización. Es cierto que los traductores deberían ser capaces de traducir cualquier cosa con la documentación adecuada y el tiempo, pero a la hora de la práctica es muy diferente. Los traductores pueden traducir de manera asequible textos de carácter general, pero no aquellos textos especializados. Para estos últimos es necesario conocer a fondo el tema y saber de qué se habla.
La especialización es una decisión crucial para el mundo profesional de un traductor. Deberá ser algo que conozcamos, ya que hay una gran variedad de campos temáticos, y centrarnos en ello. La especialización añadirá valor al trabajo y tendrá una mejor calidad. También, se traducirá más rápido porque será mucho más fácil encontrar la terminología que se utiliza.
Las especializaciones más demandadas son las más comunes: traducción médica, traducción jurídica, localización, traducción audiovisual, entre otros. Aunque siempre hay nuevas especialidades que se pueden aprovechar: posedición, transcreación, etc.
Cómo especializarse
Existen muchas maneras de especializarse. Se puede dar el caso en que una persona ya se había especializado antes de ser traductor, por ejemplo, porque habían estudiado una carrera distinta a la de Traducción e Interpretación, ya sea medicina, biología, arquitectura, entre otros. Por lo que ya tiene una especialización antes de ser traductor. O puede suceder al revés. Que una persona graduada en Traducción e Interpretación desarrolle conocimiento de un sector en específico en el mundo laboral y luego, vuelva al mundo de la traducción.
Otra forma de especialización es la formación. Muchos traductores cursan un máster para su especialización. Además, todo traductor suele ser curioso y esta curiosidad puede ser una buena forma de especialización. Se puede estudiar sobre temas que nos interesen, hacer cursos o investigar sobre temas que nos gustan. Sin embargo, la manera más común es la experiencia profesional.
Al principio, los textos serán de carácter general, pero poco a poco se irán traduciendo textos más especializados. Tendremos que ir estudiando e investigando sobre esos textos especializados para poder traducirlos. Nos llevará bastante tiempo entregar una traducción de calidad, pero con el tiempo nos familiarizaremos con el tema hasta ser expertos.
Competencias tecnológicas
Los traductores poseen una serie de competencias tecnológicas que facilita y acelera el proceso de traducción. Tienen conocimientos sobre programas TAO (Traducción Asistida por Ordenador), programas de edición de fotos y texto, paquete de Office, entre otros. Estos programas son esenciales para la labor de traducción de un texto.
Gracias a ellos, se puede almacenar la terminología para futuras traducciones de textos del mismo campo temático o para el mismo cliente. Además, resulta mucho más sencillo poseer estas habilidades para que el producto o traducción final tenga éxito.
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